Los americanos tienen la fea costumbre de hacer remakes de películas extranjeras. Esto se debe, principalmente, a dos motivos: uno social, y otro económico. Por una parte, en USA las películas no se doblan, y mucha menos gente va al cine si tiene que leer, que si está en su idioma (como aquí, vaya). Por otra parte,... el dinero. Pagas un poco por los derechos, y, relacionado con el primer punto, te forras.
Estos remakes suelen ser peores que el producto original o, en el mejor de los casos, un calco con actores occidentales (vease The Departed).
Pero de todo se puede sacar algo bueno, no? Si a los americanos no se les hubiera ocurrido hacer un remake de Hachiko Monogatari, a mi no se me hubiera ocurrido ver la película original, ni hubiera conocido la historia de Hachi, el perro Akita que volvía fielmente todos los días a la estación a esperar a su amo... 10 años después de que hubiera muerto.
No me gustan los perros (I'm a cat person). Los considero... tontos. Aún así, historias como esta, o como los perros que se quedan en la puerta de los hospitales esperando a sus amos... que ya no saldrán... confirman mi teoría de que si alguna vez la Tierra es destruida para contruir una autopista intergaláctica, si hay algo que valga la pena salvar no somos los humanos. Eso desde luego.
La película? Sinceramente, no es ninguna maravilla. Es una película rodada con muy pocos medios, en los 80, y con un estilo bastante oriental. Eso no quita que sea más bonita (y un homenaje mucho más merecido) que la mayoría de los biopics que rulan por ahí.
Imprescindible para los que nos gusta sufrir con películas de animales. El final es angustiosamente parecido al episodio de Futurama que hace llorar a todo el mundo.
Hachi-ko Monogatari
30 October, 2009
Posteado por Valaingaur a las 9:55 am
Etiquetas: Cine, Escupiendo, Opinion, Other ways of art, Reseñas
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